La única exposición de fotografía del mundo que sube y baja

Durante el festival más importante del mundo de fotografía, Rencontres Arles, hay una infinidad de opciones para los amantes de este arte.

Este año, la edición 53 del certamen francés, ha habido 23 exposiciones oficiales. Veintitrés puntos repartidos por la ciudad donde se concentraban exposiciones colaborativas, comisariadas e individuales.

De muchas de ellas habla Roberto Villalón en su magnífico magazine fotográfico Clavoardiendo. Aquí tenéis el artículo. Así que, lo mejor que puedo hacer yo es pasar de comentarlas y pasar a comentar las que no aparecen.

Centenares de personas más o menos metidas en el mundo del arte fotográfico contemporáneo exponen en tiendas de ropa, cafeterías, librerías, heladerías y, cómo no, en galerías de arte. La ciudad se vuelca con quienes quieren crear durante los casi 3 meses que dura el festival.

Tampoco se habla en el completísimo artículo de Clavoardiendo de las miles de fotos que se colocan en las paredes de cada casa de Arlés. Una inmensa muestra de arte que no ha encontrado hueco en ningún otro lugar y que se mantiene pegada por el efecto de la cola y el calor a la espera de que un comisario, galerista o alma caritativa crea en ella.

Y de todas ellas, de todas las fotos que se exponen de manera no oficial, o como a mí me gusta llamar, de manera pirata, destaca una: la mía, claro. Porque es la única exposición de fotografía del mundo que sube y baja.

Dale al play para ver en qué consiste.

Y si queréis revisar otras ediciones, aquí os dejo otro post de los míos, uno en el que hablo y muestro las 38 fotografías que hice con un carrete de 36 en un solo día de visita.

Tengo más post sobre Arlés: Orgullo y vergüenza, donde se puede ver el edificio de Luma Arles aún en construcción.

Y otro post más en el que desvelo que no es París la ciudad de la luz: Arlés, la ciudad de la luz.