Es de noche, tengo puesto un carrete de 35mm. de ISO 100, el flash no llega más allá de un metro, la cámara es de plástico, una Mini Diana de Lomography, entonces ¿por qué la tengo en la mano? Pues no sé, tal vez ocurra algo. ¿Quién te dice que no vayan a pasar a un palmo de tu objetivo una marabunta de vietnamitas en bici y que uno de ellos no te vaya a saludar?
Pues eso. Que hay que esperarse lo inesperado. Que hay que estar preparado porque la seductora, la lasciva, la provocadora, la adorada, la deseada, la maldita y caprichosa musa tal vez se le antoje susurrarte al oído: “ahora”.
De todas formas, hoy me he comprado El Fotógrafo en la Naturaleza, un libro de José Benito Ruiz con el que aprender a no esperar a la inspiración. Que no aparece: ¡que le den! A veces me harto a esperarla. Y en esta vida hay que ser autosuficiente, y para ello hay que estar preparado.
Sí, prepárate; la inspiración tal vez no aparezca.
La inspiración es un monstruo insaciable al q hay q darle de comer…¿cómo?…………………….practicando.
Y vas y te acabas de comprar el mejor y más completo libro de fotografia practica en castellano.
Ahora solo hace falta ir a un hayedo a buscar la inspiración…
…y si no aparece siempre nos podemos llevar unas setas 🙂
Salud.
Lo que hace falta es practicar, sí, estoy de acuerdo, y crítica; que alguien como José Benito Ruiz te diga: «¡¿pero en esa foto… dónde está el eje?!»
La inspiración es el mal del fotógrafo, si no aparece claro. Cuando aparece el resultado es maravilloso. Yo soy de la opinión de que a la inspiración hay que entrenarla, para que cada vez cueste menos que aparezca.