Cuando llegas a casa a las tantas de la madrugada borracho de gente, música y alcohol, nunca te vas a la cama solo; siempre te acompaña un pitido ensordecedor y mudo. La habitación está en un completo silencio, pero tu cabeza bulle aún, incapaz de mantener la calma. Lo bueno es que al día siguiente, te despiertas y te encuentras con que el pitido ha desaparecido. En algún momento del sueño, se cansó de gritar y se esfumó. Así de sencillo.
Pues algo parecido me está pasando tras un fin de semana de borrachera fotográfica con Jose Manuel Navia. Unos cuantos locos nos encerramos con Navia en el CFC de Bilbao y disfrutamos de un taller de fotografía lleno de conocimiento y pasión. Allí, nos aleccionó sobre la fotografía y la vida y nos dedicó a cada uno de los asistentes unas valiosísmas reflexiones sobre nuestro trabajo.
Desde entonces, las palabras de Navia siguen sonando en mi cabeza como uno de esos malditos pitidos. Y ya han pasado unas cuantas semanas desde que las dijera. En este caso, no desaparecieron a la mañana siguiente; continúan conmigo y se han convertido en una obsesión.
Y aunque es evidente que no es esa la obsesión más motivadora, ahora mismo, lo que me obsesiona es la idea de que, como Navia dice, «tu nivel como fotógrafo la da tu peor foto». Más que una obsesión, es un agobio de cojones, aunque siempre tienes la ventaja de que «nadie verá las fotografías que tú no enseñes».
Debo esforzarme en sustituir esa destructiva obsesión en una obsesión constructiva, en una de esas obsesiones que te mueven hacia un lugar, que te empujan a fotografiar y a mostrar lo que ves, en una obsesión a lo Raimond Depardon. Este fotógrafo de Magnum asegura que «no hay fotógrafo, si no hay obsesión».
Entre agobios, miedos, obsesiones y borracheras, he tenido bastante olvidado mi blog. Ya iba siendo hora de publicar algo. Aquí tenéis unas cuantas fotografías que el bueno de Navia definió como «visualmente, muy impactantes», sea lo que sea que signifique eso.
Veo que estamos en la misma línea como indicaste en mi artículo en http://www.fuji-xperience.es
Así es, me he vuelto más exigente con mis fotografías y ahora comparto con menos alegría y más criterio, o más miedo, todo depende. En cualquier caso, y vuelvo a remitirme a Navia, hay que disfrutar de la acción de fotografiar y no de la de enseñar las fotografías. En otro post hablé de esto mismo: http://bit.ly/el_metodo
Gracias por pasarte por mi pequeño mundo, Javier, y dejar constancia. Nos vemos por la red 😉
que interesante! pero «torturate» sufriendo el minimo , y que todo reviente en creación!!! un abrazo
Mínimo sufrimiento, máximo placer 😀
Un abrazo, Gonzalo. Me ha hecho mucha ilusión ver que has entrado en mi blog. Nos vemos.
Diego, qué placer encontrarme con tu blog. He llegado a él buscando más y más información sobre Navia, que está siendo el mejor descubrimiento fotográfico en años, y me he quedado un buen rato leyendo tus posts.
Me alegra mucho dar con gente que entiende la fotografía como yo y que ha ha llegado a donde me gustaría llegar y hecho lo que me gustaría ser capaz de hacer. Es como si me demostrasen (demostráseis) que tiene sentido.
Va directo a mi lector de feeds. Estaré muy pendiente.
A Navia me lo encontré en una charla de fotografía en Eibar. No le conocía, ni a él ni a su trabajo. Pero desde entonces es, más que un punto, mi punto de referencia, una inspiración. Y más aún después de haber cursado dos talleres de fin de semana con él.
Además, es una persona estupenda; abierta, con humor, inteligente…
Muchas gracias, Javier, por pasarte por mi mundo y por tu comentario.
Nos vemos.