Este fin de semana he sufrido una borrachera de sinceridad, y la resaca está siendo insoportable. Los estúpidos trucos en los que creía para superarla, esta vez, no me han servido para nada. He vomitado todo lo que llevaba dentro, y, aún así, las palabras continúan perforándome el estómago. Necesito otra cosa. Necesito un libro, una película, un viaje. Necesito huir.
Aunque, por alguna razón que sospecho, esta vez voy a necesitar algo más.
Huyo, luego existo.
Hay mucha filosofía en esas tres palabras, Raúl.
Demasiada quizá, demasiada para cosa buena 🙂 Cuídate Diego y zorionak por la nueva etapa que creo comienzas.