Empiezo a darme cuenta de que jamás podré llegar

Cada viaje supone una oportunidad perdida y la confirmación de que, esté donde esté, nunca estoy en mi totalidad. El deseo no puede. La realidad todo lo aplasta. Demasiado peso para que mi pecho se levante con cada inspiración.

Respiro.

Estoy aprendiendo, o al menos quiero aprender, a convivir con la realidad. Quiero no esperar nada de ella y disfrutar de la incertidumbre de la vida. Y empiezo a ver luz en mi búsqueda constante por cada rincón del mundo. Y poco a poco, foto a foto, alumbrar el deseo de no querer llegar.

Falsa esperanza

Luz nocturna

En vuelo

Hacia un destino sin nombre

Sin descanso

Olvido

Destino marcado

Atrapada por la luz

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