Cada viaje supone una oportunidad perdida y la confirmación de que, esté donde esté, nunca estoy en mi totalidad. El deseo no puede. La realidad todo lo aplasta. Demasiado peso para que mi pecho se levante con cada inspiración.
Respiro.
Estoy aprendiendo, o al menos quiero aprender, a convivir con la realidad. Quiero no esperar nada de ella y disfrutar de la incertidumbre de la vida. Y empiezo a ver luz en mi búsqueda constante por cada rincón del mundo. Y poco a poco, foto a foto, alumbrar el deseo de no querer llegar.
Comparto tu dolor.
En la vida como en las fotos creo que es importarte quedarse con el momento, disfrutar la ilusión de ir a por ello sin esperar nada, pues a mayor expectativa menor satisfacción.
Para los que tenemos tendencia a vivir y morir por castillos en el aire, reflejos y luces imposibles es una lucha constante.
Ps: Me quedo con «olvido» y «atrapada por la luz». Me encantan.
Gracias por tu comentario, Kakun. Siempre es un placer leer tus reflexiones, aunque sean sobre el dolor.
De las fotos; he estado a puntito de dejar fuera «atrapada por la luz», porque, aunque me gusta estéticamente, creo que desentona con el resto. Y no estoy seguro de que diga lo que quiero decir. De todas formas, tu opinión me hace dudar. Y eso siempre es bueno.
‘Peor que ver la realidad negra, es el no verla’, ya lo decía Antonio Machado… Y bueno… tú si algo haces es observarla constantemente, ¿no? Enough…para esta vida.
De todas formas, … ¿te has planteado cambiar de objetivo? Quizá siempre un 50mm, sesga tu visión. 😉
Buena cita y buena observación.
Respecto al objetivo, también uso un 35mm, pero no me entraba en el nombre :p
Gracias por pasearte por mi mundo y por tu comentario. Espero verte más por aquí, ya que estás sentada tan cerca como aquí al lado.