Se habla de la musa o de la inspiración, de entes intangibles y románticos, como las artífices de las grandes obras creativas de todos los tiempos. Pero aquí, en este mundo, quien más ha ayudado en la creación del arte ha sido, sin duda alguna, el alcohol.
Claro que el alcohol nunca viene solo. Acompañado por una vida de perros, es capaz de sacar lo mejor de los artistas. Parece una paradoja, y de hecho lo es; el abuso de la bebida y una mala vida logra envolver al artista en un ambiente especialmente bien abonado para la creación. Así, cuanto peor es la vida de la persona, mejor es la obra del artista.
Un claro ejemplo de esto que escribo es Charles Bukowski.
Los primeros años en la vida de toda persona son los que marcarán su personalidad, y los primeros años de vida de Charles Bukowski transcurrieron en un país asolado por el paro, la pobreza y la guerra. Si sumamos un brutal acné y las palizas constantes de un padre desesperado, tenemos el perfecto coctel.
El alcohol y la literatura fueron su refugio desde muy joven. Y hasta los 73 años fueron las dos únicas cosas que no le fallaron nunca. El hipódromo fue otra constante en su vida, pero los caballos le fallaban muy a menudo como para tenerlo en cuenta.
La obra de Bukowski es grande no sólo porque despierta en la gente la pasión por la lectura, sino también la pasión por la escritura. Tiene un estilo tan claro, tan directo, tan vacío de artificios y lleno de emociones que todos nos creemos capaces de hacer lo mismo que él.
¡Pero qué equivocados estamos! ¿Acaso sufrimos como él? ¿Acaso bebemos como él?
No. Entonces ¿de qué cojones vamos a escribir?
Otro de los grandes de la literatura, Oscar Wilde, dijo que “para escribir sólo hace falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo”. ¿Tú tienes algo que decir? ¿Yo tengo algo que decir?
No sé. Tal vez viva experiencias interesantes para contar, pero me pregunto si a las personas que me rodean les interesará que las cuente. A Charles Bukowski le importaba una mierda lo que pensaran de él.
Además, tenía el alcohol, escribía sobre él, y éste nunca se quejó.
… nunca supo qué aspecto tenía yo
porque antes de conocernos
se había quedado ciego
pero era consciente de que
entendía
su lenta y terrible
muerte.
Le dije una vez que
los dioses le estaban castigando
por escribir
tan bien.
espero no llegar a escribir nunca
tan bien, quiero morir con la cabeza encima de esta
máquina
a 3 líneas del final de la
página
con un pitillo consumido entre los
dedos, la radio todavía
puesta
quiero escribir sólo
lo bastante bien para
acabar
así.
«Sugerencia de cara a un acuerdo» – Guerra sin cesar
C. Bukowski
El Gran Chinaski, qué buenos momentos he pasado con él. Lo tengo todo y lo he releído todo, sus novelas, sus relatos cortos, incluso «Peleando a la contra» y eso que no soy muy de poesía.
En cualquier caso discrepo un poco con tu planteamiento. No creo que el alcohol haya ayudado en el proceso creativo. Considero que Bukowski ya era un artista de por si, creativo e imaginativo, el alcohol simplemente le ayudó a sobrevivir y ya que él escribía sobre sus experiencias y su vida, escribía sobre el alcohol. Pero de no haber sido un borracho empedernido, hubiese escrito igualmente, de forma brillante, sobre cualquier otro tema.
O igual te he entendido mal 😉
Un comentario perfecto, kakun. Gracias y bienvenida.
Lo que hayas entendido bien entendido está, elmo_73 ;). Es posible que hubiera alcanzado cierto arte literario sin alcohol, cierto, pero éste le permitió alcanzar la perfección. El alcohol es como la sal, un potenciador, pero sin no hay nada que potenciar… Y, como digo, ha de ir acompañado de una vida de perros, o como el mismo Chinaski decía: «¿Qué puede hacer el poeta sin dolor? Lo necesita tanto como a la máquina de escribir».
bueno, bueno…
Jambri me dejas «estupefacta» con tus post. Tengo que reconocer que no he leído nada de Bukowski y lo más que he hecho ha sido pasar horas muertas en un bar de Donosti con el mismo nombre que merece la pena visitar (http://www.facebook.com/pages/Le-Bukowski/186625226388). Está en el barrio de Egia- el barrio de la alegría- y es un santuario dedicado a Bukowski. Un txoko «alternativo» bonito…
Supongo que quedo desterrada de este foro por no haber leído nada de este «gran» señor, pero bueno, ¡qué le vamos a hacer! Una no llega a todo y tampoco es perfecta. Y sí, ni estando en el bar me picaba la curiosidad.
Y Jambri, ¿todos los artistas que admiras se drogan o son alcohólicos? (entre Jimmy Hendrix y Bukowski …). Supongo que al final son como la mayoría de los mortales, personas, que de vez en cuando bebemos para evadirnos, desmelenarnos, salir de la rutina , olvidarnos de problemas, ser lo que de verdad queremos ser, sin ataduras, etc. Con la diferencia de que tú tienes una resaca de muerte que no consigues quitar en varios días y ellos por lo menos crean algo de provecho para la sociedad, sean acordes de guitarra o sea literatura. Supongo que esa será la diferencia entre los mortales y los genios (además de morirse a los 27…)
Welcome to the foro Kakun. A ver si hacéis un blog de vuestras aventuras de la lonja (me moría de la risa con el de Londres. vaya dos!!)
Como intuyes, Karmele, los grandes artistas se drogan. Las drogas, en el caso de Bukowski, el alcohol, son parte importante en el proceso creativo. No estoy haciendo apología de la droga, pero la historia es así. Algunos mueren a los 27, como mi dios negro, otros llegan a los 73, como Charles.
Y ese garito de Donosti tiene muy buena pinta, aunque con demasiada clase como para llevar el nombre de Bukowski.
Yo tampoco he leído nada sobre Bukowski, pero es como si lo hubiera hecho. Y digo esto, porque me han contado con tanto énfasis las andaduras de Chinaski, que es como si le conociera de toda la vida.
Y Diego, entiendo que te entren ganas de escribir al leer a ese pedazo de escritor. A mí me ocurre lo mismo cuando veo a las bailarinas del ballet Bolshoi de Moscú deslizarse por lo escenarios de medio mundo. Y me pregunto, ¿Por qué mi madre me corto las alas de bailarina cuando llevaba 6 años haciendo lo que más me gustaba, que era bailar? En fin… 🙁
Acuérdate de aquella frase de una de tus películas favoritas: «El arrepentimiento y el regocijo es una pérdida de tiempo».
El arte en general, despierta en todos nosotros las ganas por hacer algo similar, pero el arte de Bukowski es especial por lo sencillo en apariencia. Te hace creer que cualquiera puede escribir así, pero de eso nada.
Uy… Definir a Bukowski me parece tan dificil que este un post muy arriesgado y ¡me encanta!
No creo que en el alcohol esté en el por qué de su creatividad… pero si que creo que ha ayudado en todos los procesos creativos,en el contenido y sobre todo en ambientar los textos.
Yo creo que Chinaski gusta por esa aparente simplicidad con la que escribe, ¡ojo! he dicho aparente ¿eh? Parece fácil, y es fácil de leer, pero si te paras un segundo piensas » ¡qué contundente y qué efectivo es con tan poco!»
¿y qué me decis de sus poemas? creo que es tan buena como libros.
Por eso digo que despierta en la gente la pasión por la lectura y la escritura, porque aparentemente su estilo es fácil de copiar.
De los poemas, poco puedo decir, puesto que apenas he leído nada. Me revelo contra mis deseos por leer su poesía por no poder hacerlo en su idioma. Aunque mucho me temo que acabaré leyéndola. ¿Alguna edición bilingüe? 😀
Como adicto a todo lo que se escribe acerca de Bukowski, os dejo esta crítica acerca de «La máquina de follar».
http://lashuellasdelabestia.blogspot.com.es/2010/07/la-maquina-de-follar-charles-bukowski.html
Saludos.
Muchas gracias, Val, por tu visita y tu invitación a tu blog. Me ha gustado la crítica; tiene datos interesantes que yo desconocía.
muy bueno ! felicitaciones…en pocas palabas la descripcion justa de este icono literario.
Me ha encantado porque cuando descubrí a Bukowski pensé exactamente lo mismo. Es más, cuando conoces a Chinaski realmente ves quién es Charles. La clave está en sacar a nuestro Chinaski a pasear y escribir sobre ello, supongo. Y por mucho que pensemos que escribir así es sencillo, que lo hemos pensado todos, también sabemos que no lo es. Ojalá escribir, aunque sea un relato breve, como Charles. Mientras tanto, busquemos nuestro propio estilo y bebamos, por el simple hecho de sacar nuestro personaje a pasear.
Bebamos o vivamos, cuanto más mejor, para así poder escribir.
A medida que pasan los años, y a medida que me conozco mejor, siento que se puede escribir de cualquier tema, por muy tribal que pueda parecer a simple vista.
En realidad, somos pura complejidad.