Covarrubias, un pueblo de madera y piedra

Se dice muchas veces que tal y cual pueblo es perfecto para perderse. Covarrubias, sin embargo, es un pueblo que parece estar perdido. Sus casas de entramado de madera son más propias de Alemania que de Castilla y León, y no encontraréis otro pueblo similar en muchos, muchos kilómetros a la redonda.


Covarrubias, un pueblo de madera y piedra by Diego Jambrina on 500px.com

Covarrubias está localizado al sur de Burgos capital y a media hora al este de Lerma. No hay pérdida; encontraréis esas señales marrones por la carretera que indican que por allí se llega a pueblo pintoresco.

Lo de pintoresco lo dirán por la arquitectura, claro, pero seguro que también lo dicen por lo que te puedes encontrar colgado de sus ventanas, como estas pequeñas calabazas. No sé si están ahí para obtener un ingrediente para alguna receta local o como aviso a pretendientes amorosos con intenciones deshonestas.


Ventana soleada by Diego Jambrina on 500px.com

Lo que más destaca de su perfecto y cuidado casco antiguo son las vigas, pilares y otros maderos que en diagonal refuerzan los muros exteriores de las casas, quedando a la vista de la gente y dotando a Covarrubias de un encanto típico de otros pueblos del norte de Europa, como Bretaña, Bélgica o, como decía antes, Alemania.


El tiempo pasa by Diego Jambrina on 500px.com

Pero es algo más al norte, con quien Covarrubias tiene una especial afiliación. Kristina de Noruega fue una de esas hijas de rey que antaño servían para establecer buenas relaciones entre reinos. El rey Haakon IV y el por entonces rey de Castilla, Alfonso X, llegaron a un acuerdo matrimonial y unieron a la hija del primero con el hermano del segundo. Lo más importante de esto es que, 7 siglos después, podemos disfrutar de un festival anual de música noruega y un mercadillo de productos típicos noruegos en el corazón de Castilla y León.


Princesa noruega en Covarrubias by Diego Jambrina on 500px.com

Pero no temáis, si no pudierais ir a finales de septiembre, que es cuando este festival noruego se produce, tenéis otros eventos, como por ejemplo, «la matanza».

A principios de diciembre en la plaza del pueblo durante un fin de semana hay una comida popular donde se prepara a la parrilla todo lo bueno del cerdo, y por muy poco dinero os podéis cebar sin problema alguno.

De todas formas, no es necesario coincidir con ningún festival, en Covarrubias hay varios restaurantes donde saborear los típicos platos castellanos y algunas carnicerías donde abastecerse de buenos productos de cerdo para volver a casa con algo más que unas fotografías. Aunque si tenéis la luz que yo tuve hace unas semanas, no la desaprovechéis.


La luz está fuera by Diego Jambrina on 500px.com


Luz y sombra y luz by Diego Jambrina on 500px.com

La primavera es también una buena época para visitar el pueblo, si os interesa la fotografía y sois inmunes al polen. Lo digo porque Covarrubias es tierra de cerezos y en esa época se visten de blanco.

Pero si os interesa más comer cerezas que los cerezos en sí, es mejor ir entre abril y julio, cuando se sacan a las puertas de las casas las cajas con la sabrosa cosecha.

La verdad es que cualquier momento es bueno para visitar el pueblo, incluso en verano, cuando el calor más aprieta e invita a zambullirse en las fresquitas aguas del río Arlanza.


Vida y muerte en el río Arlanza by Diego Jambrina on 500px.com

Y que no os despiste esta última fotografía, la tradición y la religión siguen siendo importantes en esta parte del país, mujeres de edad avanzada acuden a misa de 12, pero más importante es la tradición y el pimple. El futuro de la religión, ya véis cuál es. Sin embargo, en los bares hay personas de todas las edades.

Yo soy de los que procesa el santo acto del pintxo y pote.


El futuro de la religión by Diego Jambrina on 500px.com

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