Suele ser habitual que cuando aterrizas en un lugar, la primera impresión sea también la última. Pues en ésta ocasión se vuelve a confirmar. Londres es la gran ciudad que me esperaba. Cierto es que ya iba predispuesto a que me gustara; tanta gente diciéndote lo bonita, rica, alegre, amable y monumental que era, tantas películas ambientadas allí, tantas historias entorno a leyendas de la música… que no podía no gustarme.
Sin embargo, algo no cuadraba con lo esperado.
Llegué al aeropuerto de Heathrow y una hora de metro después saqué la cabeza a la superficie en una estación del Bank Side, al sur del Támesis. Lo primero con lo que me encontré fue con un frío de cojones. Puedo afirmar que el invierno más frío que he pasado en mi vida ha sido ésta primavera en Londres. Y lo siguiente con lo que me topé fue con The Shard, un edificio acabado de construir en 2012 y que pide tu atención, estés en la calle que estés. Sus 310m de altura no pasan desapercibidos.
Ésta zona es fabulosa, y dentro de unos años lo será aún más. Cuando todos los edificios de cristal se terminen de construir, los andamios dejen de entorpecer el paso de peatones y las grúas no estropeen el encuadre a los fotógrafos, el Southwark será uno de los distritos más interesantes por los que pasear.
Y no es precisamente por estos nuevos edificios, sino por su perfecta convivencia con los viejos, bajos e históricos edificios de ladrillo caravista.
Hay otros lugares interesantes en ésta zona.
Muy cerca de The Shard está el Borough Market, un mercado municipal, como su propio nombre indica, lleno de historia y pilares de metal. Que el tren pase justo por encima de sus puestos no le quita ni un ápice de encanto. Puedo imaginarme perfectamente cómo, varios años atrás, llegaban al mercado barcos procedentes de todo el mundo con sus mercancías y a la gente comprando entre pinta y pinta.
En la orilla del río también se encuentra otro de los atractivos más demandados por los turistas: el London Eye. Pero francamente, a mí me pareció de lo más aburrido de Londres, y eso que tan sólo pasé por allí. Sin embargo, la gente petrificada por el frío y por la espera parecía interesarles mucho subir. No sé, tal vez el precio, 19,20 libras, les parecía justo.
A mí me gustó más el Millennium Bridge. Sí, ya, no es una barraca, ni da vueltas, ni te permite ver Londres desde las alturas, pero es un bonito puente con unas vistas más bonitas todavía, a ras de suelo. A un lado la St Paul Cathedral y al otro el Tate Modern. Además, miles de personas cruzan sin parar de un lado a otro, turistas, trabajadores, deportistas… permitiendo disparar cada segundo tu cámara sin que se repita la fotografía.
El día de su inauguración, el 10 de junio del año 2000, cruzaron hasta 90.000 personas, tantas que tuvieron que cerrarlo dos días después para corregir el excesivo balanceo que los peatones provocaban. Hoy aún se mueve, pero, las fotos, nítidas.
Y de puente a puente tiro porque me lleva la corriente.
Bueno, a decir verdad me llevaban los pies, aunque el que quiera puede dar paseos por el Támesis. Yo no lo hice, pero no me faltaron ganas, porque aunque sea una turistada, se deben conseguir unos puntos de vista interesantes.
Yo me planté delante del Tower Bridge andando, poco a poco, parándome cada dos por tres para fotografiar uno de los puentes más legendarios, y bonitos, de todo el mundo. Al final, tanto disparar, para nada. No estoy contento con ninguna de las fotos que hice. Así que pongo ésta donde los gorros de las turistas japonesas desvían la atención.
Londres es tan grande, más de 7 millones de personas, viven, corren, trabajan, duermen, comen y beben en sus calles, que es difícil que todo te guste. Por ejemplo, el precio del transporte.
Ah, ¿qué esperabais; que iba a hablar de alguna zona de la ciudad, de algún museo…? Bueno ya llegará. No os preocupéis, tengo críticas para dar y tomar. Pero antes: el transporte.
2,40 libras por trayecto en bus. 25 libras durante los dos primeros días de metro, y eso que saqué la Oyster (una tarjeta monedero) y el presupuesto se reduce bastante. Una auténtica barbaridad, pero si estáis sólo 6 días en Londres como yo, es absolutamente necesario coger el transporte público.
Para llegar a este impresionante edificio, podéis bajaros en la estación Monument de las líneas Circle o District. Pero no creáis que el nombre de la estación hace referencia a ésta construcción. Es el nombre que recibe una columna levantada en 1677 para conmemorar el gran incendio de Londres de 1666 y el lugar exacto donde se originó, una panadería. En su día fue la construcción más alta de la ciudad con unos vertiginosos 61m, pero hoy está engullida por edificios de oficinas. Y son éstos los que captan la atención.
Éste de aquí es la sede de Berwin Leighton Paisner, un bufete de abogados con unos ingresos que superan los 240 millones de libras. No me extraña que tengan un edificio así y que el tipo ese me mire con ganas de enjuiciarme y quitarme hasta la camisa.
No vi muchos turistas por la City. Y los que vi estaban alrededor de The Monument, pero ésta zona es muy recomendable.
La historia de Londres empezó aquí, cuando los romanos, quiénes si no, levantaron un asentamiento en el año 43 d.C. Hoy es casi imposible ver algo de aquella época (aunque se puede). En su defecto, se puede disfrutar del mercado de Leadenhall. Muy frecuentado por los ejecutivos que trabajan por los alrededores. Se dejan caer para almorzar, beber algo, hacer algunas compras delicatessen y a que les limpien los zapatos. Sí, qué mejor lugar que unas galerías victorianas para encontrarnos con un empleo del pasado.
Y ahora con zapatos limpios, continuamos camino. ¿Dirección? 30 St. Mary Axe. Allí, bien erecto, está el primohermano de ese otro edificio fálico que hay en Barcelona, conocido por el pito o el pene. Aquí, los londinenses han sido más pudorosos y lo han llamado Gherkin (pepinillo). En cualquier caso, un bonito edificio.
Fue de los pocos momentos en que los rayos de sol salieron para mejorar mis fotos. Me pregunto qué tal se le dio a aquel tipo con quien me crucé y que llevaba en la mano la misma cámara que yo.
«Eih, another fujifilm guy!»
Hay lugares en Londres fabulosos, pero hay otros que no lo son tanto. Pincha aquí para ir a la segunda parte de este viaje y saber de cuáles hablo.
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Uy, Cyntia, lo que faltaba. Si ya cuesta a la gente escribir lo que piensa, como para darles la facilidad del botón 😉
Ha reavivado las ganas que tenía de hacer una nueva visita. Me gusta mucho el provecho que has sacado a la cámara finalmente elegida para el viaje aunque, si tuviera que elegir una foto que represente a este gigantesco Londres, sería la última. El contraste entre el pepino de Norman foster y el Londres más tradicional es simplemente genial.
Gracias por la visita, Jon, y por tu comentario.
Tanto la City como el Bank Side están llenos de encuadres maravillosos con los que retratar la fusión entre lo nuevo y lo viejo. No es mérito del fotógrafo, sino de una buena política arquitectónica 😉
Me gusta mucho la foto me recuerda mucho a Ottawa (Canadá).
Era bonito ver los edificios antiguos(Totalmente Europeos) reflejados en los modernos de cristal.
Los contrasten siempre son bonitos. Gracias por pasarte por ¡el logo más pequeño! 😉
Ciudad fabulosa a la que espero volver en unos meses (espero que los planes no se tuerzan). Coincido en lo del frío (yo fui aquel año de las nevadas en el que cerraron los aeropuertos, sí, en plena tormenta, así que imagínate el frío que pasamos. Los estanques de la ciudad estaban congelados!!!).
Me ha encantado. Sólo una cosa: creo recordar que hay opciones más baratas de transporte que te permiten desplazarte por la ciudad durante un periodo determinado (viajes ilimitados). Eso sí, tienes que ir en bus. Pero eso es otro tema 🙂
Moverse en bus está muy bien porque tienes vistas, pero utilizar el Metro es mucho más fácil: sabes exactamente dónde entras y dónde sales. El bus es una aventura, y a la noche, de vuelta al hotel, con todo un día de caminata a cuestas, no me gustan las sorpresas.
Pues a mi Londres me debe algo (que chulo soy, eh?).
Me esperaba mucho más de esa ciudad, la tenia en mi imaginario como LA CIUDAD. Por ser una de las cunas del Punk, por tener los mejores museos, por su historia…y al final me dejó totalmente a medias.
Lo mismo es q fui en Diciembre y el frio no me dejaba abrir los ojos.
Ahora q lo pienso creo q le debo otra visita a Londres a ver si le pillo mejor el punto (al final no soy tan chulo, eh? 🙂 )
salud.
Sorpresas??? Será que lo tienen montado de otra manera, pero te puedo asegurar que sabes «dónde entras y dónde sales» en todo momento. Además, como bien dices, tienes vistas (impresionantes en según qué zonas). En cualquier caso, es cuestión de gustos, como todo.
Y lo dicho, ¡qué ganas de volver!
Londres tiene zonas míticas, o típicas, a las que no saqué demasiado gusto. Hablaré de ellas en la segunda parte, Ismael, tal vez coincidamos en eso.
Anmarah, el mapa de las paradas e itinerario del bus es meramente orientativo, el del metro es exhaustivo.
Ya tenía ganas de ir a Londres, y después de esto más… me veo ya mismo paseando por ese canal!
¡Preciosas fotos!
Te lo recomiendo, pero, ojo, tiene lugares míticos que defraudan. Paséate por la segunda parte del post.