Decía la mítica fotógrafa Dorothea Lange que “la cámara fotográfica es un instrumento que enseña a la gente cómo ver sin una cámara fotográfica”. Al parecer yo ya he aprendido, porque en mi viaje por Noruega he hecho cientos de fotos sin usar la cámara.
Mientras rodaba por las carreteras del país, encima de mi moto, surgían momentos perfectos para apretar el botón, pero detener la moto, apartarme a un lado, quitarme los guantes y el casco, sacar la cámara, elegir la apertura, la velocidad, encuadrar y disparar, se convertía en un proceso demasiado largo. Así que, puedo asegurar que he hecho fotos que jamás podré enseñar.
Que no me haya detenido durante un trayecto para hacer una fotografía con la cámara no ha sido una cuestión de pereza (muchas veces lo he hecho), ha sido una cuestión de naturaleza.
Noruega es un lugar espectacular, pero cuando el sol consigue abrirse paso por las apretadas nubes e iluminar la negra carretera, o la orilla de un fiordo, o la cumbre de una montaña, entonces se convierte en un milagro. En un milagro tristemente fugaz.
Sentirse a gusto con uno mismo, tranquilo, feliz y sentirse solo al mismo tiempo es una de esas extraordinarias rarezas incomprensibles para mí. La naturaleza abierta, inmensa, descontaminada de personas e iluminada durante un breve momento me provoca ese sentimiento. Y es maravilloso.
Noruega, más que un país de naturaleza espectacular, es un país de momentos espectaculares.








me ha gustado mucho tu blog, queria pasar a dejarte un comentario alentador (? jaja espero que sigas haciendo estas notas, saludos!
Muchas gracias, Felicia. Seguiré y espero que tú sigas por aquí 😉
Respiran paz y tranquilidad esas enormes moles montañosas ahí dormidas junto al agua. Para mi la fotografía siempre ha sido algo muy artesanal, me gusta ver un sitio estar un rato dando una vuelta y, al final, hacer alguna foto. Pero es verdad que algunas fotos quedan sólo en la cabeza.
Noruega, sí, otro de esos sitios que tengo pendientes.
Gracias por compartir 🙂
En Noruega puedes encontrar rincones de muchos kilómetros cuadrados en los que estar tú y nadie más, literal y emocionalmente. Muy recomendable.
Gracias a ti por leer y compartir tus opiniones.